En España la estética de Halloween y el enfoque lúdico de la fiesta ha devorado a la tradición local centrada en la religión. Desde el punto de vista del marketing, celebrar la festividad se relaciona estrechamente con aumentar el consumo (así como se hace en Navidad). Y ante la perspectiva de poder promocionar castañas y parecidos o bien adaptar cualquier producto a una temática mundialmente conocida, gana por goleada el último caso. Esto es lo que se llama publicidad estacional, y en España se trata de una festividad que cada año gana más adeptos, y más aún con la influencia estadounidense en el mundo de estos últimos años, algo totalmente comprensible si se tiene en cuenta otra fiesta importada como San Valentín.
Desde el punto de vista del marketing, la demanda de los consumidores es cada vez mayor, ya que lo que empezó como una diversión para los niños ha acabado alcanzando al público adulto. Según PuroMarketing, el mercado global de cosas que se aprovechan de la festividad para vender para vender subió un 194% entre 2009 y 2013. De este modo, la oferta crece y la competitividad aumenta, así que las marcas deben crear campañas potentes y distintivas, y debido a esto interanualmente las ofertas relacionadas con Halloween han aumentado un 20%, y van desde calabazas hasta disfraces. Aunque pueda parecer que el simple hecho de dar miedo bastará, cabe decir que siendo éste el tópico característico de la festividad es muy importante que se explote la creatividad porque nunca se sabe en qué punto estará la competencia, y analizando siempre muy bien la predisposición del target al cuál nos queremos dirigir. No se usará la misma publicidad en una marca que pretende vender chuches a niños pequeños y que podrá crear por ejemplo una piruleta única, que una sala de fiestas que pretende llevar a cabo la fiesta más multitudinaria para jóvenes la víspera del día 1.
Un caso paradigmático de todo esto es el de Lidl. El supermercado cada año para estas fechas se viste de terror, ofrece objetos de decoración para ambientar las casas además de los disfraces e incluso propone recetas terroríficas para la ocasión. En su página web hay una sección especialmente dedicada a la festividad donde hablan incluso de timbres personalizados en aspecto y sonido para asustar, proporcionan un enlace a su recetario con un apartado dedicado a Halloween y promocionan su libro de cuentos de terror. Teniendo en cuenta que a la hora de vender todo este tipo de productos el propio punto de venta deberá atraer la atención, uno puede ver que expositores como el de la fotografía que acompaña este artículo deben estar en gran demanda de cara a estas fechas y que exigen propiamente una creatividad añadida. Otro aspecto a mencionar es que, por ejemplo, debido al auge de Halloween la venta de calabazas en España de los últimos años se ha disparado. Y para acabar, solo hace falta fijarse en que desde ya cualquier escaparate está decorado con telarañas o colores negro y naranja, y que en cualquier supermercado las golosinas ya empiezan a ser temáticas.