Los elementos de publicidad en el punto de venta, también conocidos como PLV, son clave en la toma de decisión de compra del consumidor. Teniendo en cuenta que aproximadamente un 70% de las decisiones de compra se toman en el mismo punto de venta, podemos observar la importancia que tiene el PLV para un comercio.
Actualmente, los negocios se encuentran ante un público muy exigente. De media se estima que 10 segundos son los que tarda un consumidor en escoger un producto u otro, por lo que es todo un reto para las marcas conseguir ser las elegidas. El PLV, junto con el packaging, debe lograr ese reto: que el cliente se decante por este producto.
Las principales funciones de la publicidad en el punto de venta son:
Incrementar la visibilidad de determinados productos y destacarlos sobre el resto, para así conseguir llamar la atención de los clientes.
Generar deseo sobre un producto y provocar que finalmente lo compren.
Mejorar el reconocimiento de una marca.
Incentivar el cross selling, es decir, fomentar la venta cruzada de productos relacionados
Función decorativa y estética.
Para ello, debe ser diferenciador y generar en el cliente un vínculo especial, además de cumplir una serie de parámetros como ser funcional, atractivo y facilitar la localización de los productos destacados.
No obstante, los consumidores son cada vez más exigentes. Debido a esta exigencia, las marcas se han visto obligadas a no solo crear un PLV llamativo y útil, sino a ofrecer una experiencia de compra diferente y a transmitir unos valores adecuados a su público objetivo. Entre sus exigencias están la comodidad, la interacción, la sostenibilidad, etc.
Para lograr que el PLV cumpla con sus expectativas y realmente incida en la decisión de compra, existen una serie de consejos:
Conseguir conectar emocionalmente con los clientes potenciales y así transmitirle la confianza necesaria para que ese producto sea el elegido.
Analizar bien el espacio donde irá ubicado el elemento de PLV. Comprobar que no esté saturado de publicidad, ya que sino no tendrá el mismo resultado.
Determinar qué tipo de PLV es el más adecuado según lo que se quiera transmitir, ya que existe una gran variedad de soportes y tamaños.
Modificar periódicamente los elementos de publicidad, para lograr así impactar al cliente frecuente e ir generando experiencias de compra diferentes.
El contenido del PLV debe ofrecer siempre información de valor e interés para el cliente potencial. Además, esta debe ser directa, clara y legible.
El diseño tiene que ir acorde a la imagen de la marca, en cuanto a colores y estructura. De esta manera, es más fácil que el cliente la reconozca rápidamente y conecte con ella.
A día de hoy, existen diferentes tendencias en el PLV, como la vuelta a los orígenes y a lo auténtico, el uso de tecnología como la realidad aumentada, etiquetas inteligentes, impresión en 3D, etc.
La publicidad en el punto de venta siempre será una herramienta indispensable para conectar con el público objetivo y lograr tu principal misión: captar su atención, lograr que elija tu producto o servicio y ofrecerle una experiencia de compra completa.
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